Aquabike: ponte en forma disfrutando de las ventajas del spinning y la piscina en una misma disciplina
El aquabike es una modalidad deportiva derivada del aquagym que combina los beneficios del spinning con la resistencia que proporciona el agua compaginando un trabajo cardiovascular y muscular al ritmo de la música sobre una bicicleta adaptada al medio acuático. El aquabike permite tonificar el cuerpo, favorece la circulación sanguínea, aumenta la oxigenación y es un aliado que combate eficazmente la celulitis.
¿En qué consiste?
En una piscina con poco profundidad se encuentran sumergidas las bicicletas estáticas especiales cubiertas hasta la altura del manillar permitiendo que más de la mitad del cuerpo quede sumergido y la música acompañe durante toda la sesión. Una vez que nos instalamos en la bicicleta debemos pedalear venciendo la resistencia que proporciona el agua. El aquabike hace trabajar las piernas, los abdominales y los brazos debido a que estas partes del cuerpo debemos coordinarlas para poder trabajarlas. Por eso, aunque al subirnos a la bicicleta se sumerja la mitad del cuerpo y aparente que solo trabajamos el tren superior, la realidad es que trabajamos todo el cuerpo. Además, con el aquabike, desarrollamos más la fuerza y se mejoran las posturas.
Cada sesión de esta modalidad deportiva dura de media entre 30 y 45 minutos. Como la resistencia que se ejerce en el agua es más alta que la que nos proporcionaría una clase de spinning, una sesión permite quemas al rededor de 450 calorías. Es decir, quemamos más calorías pedaleando bajo el agua en una clase de aquabike que en lo que sería una clase spinning o ciclo indoor fuera de la piscina.
Asimismo, mientras practicamos esta modalidad deportiva la presión del agua masajea nuestro cuerpo. Al final, el aquabike nos permite compaginar tres beneficios esenciales: actividad física, drenaje linfático y presoterapia.
Cabe destacar que el aquabike es una una actividad de bajo impacto y en la que cada uno puede autorregularse y auto exigirse en función de su forma física. Por tanto, cualquiera puede beneficiarse de su práctica. Además al practicarse dentro del agua se reduce el efecto de la gravedad y la tensión muscular y articular por lo que no corremos riesgos de daños musculares o lesiones ya que el agua va realizando un masaje permanente -en las partes del cuerpo que están en contacto con ella- que favorece a la circulación sanguínea.